Hasta el 24 de octubre en el Guggenheim, Bilbao:
"Mark Rothko: Paredes de luz". Exposición conmovedora del maestro del
expresionismo abstracto en el que la clave está en la capacidad de experimentar
y de trascender. " No me interesan las relaciones del color, ni de la
forma, ni nada; lo único que me importa es expresar la emociones humanas
básicas; tragedia, éxtasis, muerte. La gente que llora ante mis cuadros tiene
la misma experiencia religiosa que cuando yo los pinté".
Cuando en los
noventa se acabó la moda de la pintura y la estrella de Schnabel como pintor
comenzó a declinar supo reinvertarse a sí mismo como director de cine que es la
faceta por la que más le conocemos aquí. Ahora, en el Palacio de Velázquez en
el Parque del Retiro madrileño hasta el 13 de septiembre podemos conocer su
obra pictórica con la retrospectiva, "Julian Schnabel.Pinturas
1998-2003".
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