nº 69 viernes. 30 de enero de 2004

La verdad es que cada semana que paso leyendo y buscando cosas sobre el lugar que visita "viernes" me entran unas ganas terribles de hacer la maleta y escapar a cualquiera de los destinos que proponemos. Este deseo se ha hecho mas intenso en los tres últimos números:Tanzania, Grecia y el de hoy, Tailandia. Y es que desde siempre me ha atraído el exotismo de un país cuajado de símbolos y figuras como si fueran mensajes ocultos que nos pueden parecer incomprensibles a simple vista pero que en cualquier caso resultan fascinates. Y si sus centenarios templos y su cultura no fueran reclamo suficiente, en Tailandia podemos encontrar solitarias y paradisiacas playas de aguas turquesa dónde perdernos si no para siempre, sí por una buena temporada.

THAI: EL ANTIGUO REINO DE SIAM
Los problemas de tráfico de Bangkok hacen el aire irrespirable, la polución se mastica y la humedad puede ser agobiante. Pero sus templos compensan todos los sufrimientos, son uno de los grandes espectáculos de toda Asia, el resumen de una tradición centenaria y un imán irresistible para los amantes del arte.
Pero Tailandia no agota aquí sus encantos sino que uno puede dejar pasar el tiempo en las playas del Phi Phi Don, o subir a lo alto de la colina de la isla principal para gozar de uno de los paisajes más hermosos de Asia, con los precipicios surgiendo del mar, el bosque de palmeras y las playas formando una combinación insuperable.
Angel M. Bermejo

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