nº 44 viernes. 4 de julio de 2003

El mar y la poesía son dos de los temas favoritos de "viernes" a los que de vez en cuando regresamos inevitablemente para alejarnos de la rutina, sentirnos mas libres y dejarnos llevar...
EL RECUERDOEl recuerdo es la patria de los barcos hundidos.
Hay trozos de mi vida que habitan bajo el agua:
burbujas de lo amado, jirones de lo habido_
Mi copa y yo tenemos la misma sed amarga.
Se me ha me ha muerto la hora como si fuera un niño,
tierna y luminiscente. Nunca podré enterrarla.
Fue demasiado leve, iba hacia el infinito.
Cupo el silencio en ella, fue demasiado clara.
Cupo en ella saberse catapulta y principio,
urdir sabias mentiras, armarse de esperanza,
burlarse de la noche, tomar lo apetecido,
negarse a la tristeza, romper, soltar amarras.
Esa hora, la hora del oro fugitivo,
cuando se arriba a puerto, cuando se arroja el ancla,
y uno comprende, y sabe, que el amor está escrito,
porque no hay otro viaje, ni existe otra palabra;
y parece que el aire se apelmaza en racimos,
y que la ropa quema, y que las flores sangran,
y que los labios tienen mojado su destino,
cuando todo comienza, cuando todo se acaba;
esa hora en que el rayo alza su pecho erguido,
y disipa las sombras, y ruge, y se agiganta,
ese cuerno exultante, ese golpe exquisito,
le ha cabido al recuerdo, lo llevo en mis entrañas.
Fue cumbre, fue cometa, fue pájaro incisivo,
fue pliegue, fue pañuelo, fue carne visitada,
fue la llave, la espuma que morirá conmigo.
Yo le debo mi fuerza al vuelo de una falda.
Si fue sólo un instante, los que le han precedido
fueron pasillos ciegos, pólizas necesarias,
y los que la siguieron tienen el tacto frío
de los jarrones rotos, de la belleza exacta.
¿Por qué será tan breve la gloria de un suspiro?
¿Por qué se tienen miedo la luz y la constancia?
¿Por qué los astros brillan, flotan en el vacío?
¿Por qué sobrevivimos al funeral del alma?
Aunque quise olvidarte, cuánto te necesito.
Quizás si no me hubiera marchado, si me llamas,
si la corriente empuja tu aliento contra el mío,
si se apiadan las rocas, si las olas nos salvan;
si la memoria tiene su fuego repartido,
si los perfumes besan, si los misterios hablan,
si el mar descubre a veces su tesoro escondido,
si hay hombres y caminos que nunca se separan;
si es preciso que seas, porque fuiste preciso,
y puede la marea devolverte a la playa,
si respirar a solas carece de sentido,
si no tiene sentido morirse de nostalgia;
surge en el horizonte, proclámate venido,
trepa hasta mi cintura, vuelve dónde me amabas.
Allá entre las arenas del fondo del olvido,
mi boca sabe a fruta, mi corazón aguarda
que empiece lo imposible, que ocurra lo que tarda
y, sin embargo, quiso, pudo haber ocurrido.
Laura Campmany

1 comentario:

Daniel H dijo...

Sabía de la faceta de poetisa de Laura Campmany, pero nunca había leído poemas suyos; solo alguna columna de opinión ocasionalmente. Ha sido a través de Old Viernes que la he descubierto esta mañana en ese poema que me ha gustado mucho y por eso lo he compartido. Los leeré con calma los que me has mandado. Me termino de leer el que me has recomendado. Es muy bueno.