El jardin de Lindaraja

De la tarde de octubre bajo la luz gloriosa
en la fuente de mármol que el arrayán orilla,
diluyen los cipreses su esmeralda herrumbrosa
y la arcada del fondo su tristeza amarilla

Rosales y naranjos....Mustio el jardín reposa
en un verdor que el oro del otoño apolilla....
Sólo, a veces, se enciende la llama de una rosa,
o el oro polvoriento de una naranja brilla

Mas, dentro de este otoño, hay tanta primavera
en gérmenes; y es todo tan dulce y apacible,
que antes de abandonarlo, mi corazón quisiera,
oyendo el melodioso supirar de la fuente
y soñando con una Lindaraja imposible,
sobre este viejo banco dormir eternamente....

Francisco Villaespesa

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