Philip K. Dick
Editorial Minotauro
Philip K. Dick, autor de Tiempo de Marte, es el escritor de
los paranoicos. Incapaz de seguir las leyes implícitas de la ciencia ficción,
obligado por la necesidad a escribir y publicar sus obras en editoriales
populares a ritmo endiablado, hizo evolucionar el género como nadie. Profeta
callejero, drogadicto, consumidor de comida para perros, loco de atar, de vida
amorosa agitada, revolucionario a favor de las causas perdidas, Dick consiguió
que la realidad plagiara su obra. Nadie ha descrito mejor la locura, el
extrañamiento que acompaña siempre a la verdadera lucidez. En Tiempo de Marte
podemos escuchar literalmente el sonido que produce un universo que se muere
irremediablemente; una música que sólo escuchan los más débiles, las víctimas,
los niños y los enfermos. Podemos sentir, estrictamente sentir, el efecto de la
entropía sobre nuestro mundo. Algo contagioso, un proceso vírico irreversible,
te contagia la lectura de sus obras: una forma de pensar que consiste en hacer
preguntas rarísimas, de lo más peregrinas, que apuntan directamente al corazón
del hombre. ¿Quién se atreve?.
Contraindicaciones. La lectura extensiva de la obra de
Phipip K. Dick puede producir malestar general, perturbaciones en la percepción
de, sea lo que fuere, aquello que llamamos realidad, depresión del sistema
locomotriz, sensación de alteridad, y un fuerte sentimiento religioso (en un
sentido profundo, nadie crea que me refiero al finado Cardenal Tarancón). En
caso de observar alguno de estos síntomas, no dude en visitar su centro
psiquiátrico más cercano.
El niño de Antequera
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