nº 102 viernes. 22 de octubre de 2004

El paisaje del Gran Cañón del Colorado es uno de los más reproducidos por las fotografías de aficionados y profesionales. A pesar de ello, dicen los que han estado allí, que la primera impresión es de asombro al mirar el estremecedor panorama de algo incomprensiblemente inmenso pero, que lo que más impresiona, es bajar al interior y caminar por los estratos de piedra que a lo largo de los siglos han ido creando ese paisaje que, en su origen, fue el fondo de un mar interior. 
GRAN CAÑÓN: UN SILENCIO MAJESTUOSO
Las urracas planean silenciosamente sobre las paredes de roca roja. La enorme brecha en la tierra parece prehistórica, sus estratos de color rojo oxidado descienden en curvas elegantes hacia la meseta ocre y verde. Desde el precipicio se ve como las paredes casi verticales descienden cerca de dos kilómetros hasta llegar al río Colorado. Éste es el Gran Cañón, una de las muchas maravillas naturales de los desierto americanos. 
Robert J. Moore Jr

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