nº 78 viernes. 2 de abril de 2004

Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, hoy en "viernes" viajamos hasta el desierto de Namibia que se nos presenta como un mar de arena de interminables dunas con un horizonte esporádicamente interrumpido por arbustos y algún árbol petrificado disperso lo que le confiere un aspecto misterioso pero a la vez de extraordinaria belleza.
NAMIBIA, BELLEZA DESNUDA
El paisaje namibiano no deja de sorprender en ningún momento. Las dunas más altas del mundo, de más de 300 metros, se dan cita en Sossusvlei, al suroeste del país. Estas inmensas formaciones arenosas cambian de forma y de color al atardecer y al amanecer, con la ayuda de los diferentes ángulos que va tomando el sol. Los árboles secos que descansan junto a las dunas parecen estar posando para los fotógrafos.
Pedro Mordt

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