Con la Semana Santa a
la vuelta de la esquina, hoy en "viernes" viajamos hasta el desierto
de Namibia que se nos presenta como un mar de arena de interminables dunas con
un horizonte esporádicamente interrumpido por arbustos y algún árbol petrificado
disperso lo que le confiere un aspecto misterioso pero a la vez de
extraordinaria belleza.
NAMIBIA, BELLEZA DESNUDA

El paisaje namibiano no deja de sorprender en ningún
momento. Las dunas más altas del mundo, de más de 300 metros, se dan cita en
Sossusvlei, al suroeste del país. Estas inmensas formaciones arenosas cambian
de forma y de color al atardecer y al amanecer, con la ayuda de los diferentes
ángulos que va tomando el sol. Los árboles secos que descansan junto a las
dunas parecen estar posando para los fotógrafos.
Pedro Mordt
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