Director: Peter Weber
Resultaría sorprendente que esta película solamente haya
recibido un par de nominaciones al oscar en categorías secundarias si no
tuviésemos suficientes pruebas de la miopía de los estadounidenses para
reconocer el buen cine (lo que no impide que también las tengamos más que
sobradas de su talento para hacerlo).
La obra de Peter Webber me parece un extraordinario y
sensible homenaje a la pintura. Su ritmo, su atmósfera, su luz introducen en el
paisaje doméstico de las obras de Johannes Vermeer, autor de la enigmática
"Joven de la Perla", y otras 37 obras que reproducen escenas
cotidianas, sencillas de la vida burguesa en la Holanda del siglo XVII. Abrir
una ventana, mirar un collar de perlas, o el sencillo acto de verter agua en
una palangana llevan, vistos a través de la peculiar mirada del artista, a una
inquietante ensoñación.
El rostro de la mujer desconocida, sus ojos, nos hacen
imaginar historias imposibles, una de ellas es la que elige y cuenta la
película. El guión teje una urdimbre de pasiones, secretos, mentiras, emociones
contenidas, miradas que lo dicen todo alrededor de una joven que se entrega
absoluta e incondicionalmente ¿al amor?, no, más bien creo que al arte, y cuyo
talento y sensibilidad se ven irresolublemente perdidos, desperdiciados a causa
de su condición social, pero también por la cobardía del pintor al que sirve de
modelo e inspiración (¿o tal vez, erré en la interpretación y únicamente se
sirvió de ella?. No, no me gusta pensar que fuera así).
Scarlett Johansson se confirma como la gran actriz que ya
intuíamos en Lost in traslation.
Deckard
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