

A nuestro regreso de las Antillas, María, Raquel y yo nos 
quedamos en París para hacer más suave la transición a la realidad... Así 
que aprovechamos para tomar unas copas en alguno de los lugares en el mundo de 
"viernes" como el Buddha Bar; cotillear y hacer unas compras en el mercado 
de las pulgas y refrescar nuestros machacados pies en las fuentes del 
Louvre.

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