En la ciudad de la luz, refugio de artistas y revolucionarios, generaciones perdidas, espiritus incomprendidos y dulces amores, sorprende, situado en el centro histórico de París el museo de arte contemporáneo George Pompidou, con sus vigas, tuberías y ductos de colores primarios. Una vez dentro y a través de sus escaleras mecánicas, envueltas en un tubo de plástico transparente, accedes al 5ª piso donde está el restaurante Le Georges, cubierto de aluminio formando iglúes, rodeado de enormes ventanales en tres de sus lados a través de los cuales los techos de París, La torre Eiffel y las cúpulas de la ciudad forman parte del decorado. Las mesas son de material traslúcido, con una flor de tallo largo en cada una, con base de metal; por la noche y para que las velas no compitan con las luces de la ciudad, se encienden y son lámparas y las sillas-escultura fueron diseñadas en concreto para el lugar.
Es un sitio especial, con un enclave especial, en el que más que el placer gastronómico que también puede ser (comida y vinos franceses), el verdadero placer es visual y te hace sentir especial, glamurosa, como una princesa, sobretodo si vas con tu pareja. Es un derroche de buen gusto, de los que te encuentras de vez en cuando en la capital francesa. Os lo recomiendo para cenar, LA NOCHE es el marco imprescindible para "el lugar en el mundo" de hoy.
Raquel
Es un sitio especial, con un enclave especial, en el que más que el placer gastronómico que también puede ser (comida y vinos franceses), el verdadero placer es visual y te hace sentir especial, glamurosa, como una princesa, sobretodo si vas con tu pareja. Es un derroche de buen gusto, de los que te encuentras de vez en cuando en la capital francesa. Os lo recomiendo para cenar, LA NOCHE es el marco imprescindible para "el lugar en el mundo" de hoy.
Raquel
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