Joaquín de Araújo en su libro el Calendario de la vida escribe: "El frío es como un buen limpiaparabrisas, permite un incremento de la transparencia. Estas jornadas tienen la piel de cristal y sobre su fría lisura destacan más los escasos sonidos... pero nada detiene a la ilusionada naturaleza, ni siquiera el aparente paréntesis invernal" Y en efecto, la nieve ejerce una poderosa atracción para los amantes de la naturaleza porque tranquiliza y relaja, dando al paisaje una apariencia de pereza y silencio, de quietud solitaria... así, avanzar por un inmaculado paisaje nevado nos traslada una sensación extraña, causada en parte por esa atmósfera cerrada que crea la nieve en la que nuestras percepciones se agudizan, tal vez por la "inquietante" sensación de oir nuestras propias pisadas o el ruido seco de un montón de nieve que cae al ceder una rama cansada de aguantar ese inusual peso; y si además de nieve hay sol, entonces la claridad se puede ver, el reflejo del sol en la nieve aparte de esa sensación de calidez que nos devuelve, hace que los colores y los tonos resalten, dibujandose a modo de decorado, el contorno caprichoso que la nieve da a los objetos que nos rodean.
Epílogo
Hace 11 años
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